Editorial
24 de Febrero, 2015 - diarionorte
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Un reciente informe de la organización Luchemos por la Vida alertó sobre el creciente número de personas que pierden la vida en siniestros viales que tienen como protagonistas a conductores y acompañantes de motos y ciclomotores.
Según el relevamiento realizado por esa asociación sin fines de lucro que trabaja para generar conciencia en la población sobre la importancia de la seguridad vial, cada semana mueren 51 personas en la Argentina como consecuencia de choques en la vía pública en los que están involucradas personas que viajaban en motos.
La cifra es realmente preocupante, sobre todo porque se trata de muertes que son perfectamente evitables ya que, tal como lo advierten los especialistas, un alto porcentaje de estos episodios viales se producen por falta de educación vial de los conductores.
Según Luchemos por la Vida, el año pasado culminó con 7613 fallecidos en siniestros viales ocurridos en todo el país; y el 35 por ciento de ese total tuvo como víctimas a personas que se movilizaban en moto.
Si bien se puede argumentar que el incremento al que aquí se hace referencia tiene relación con el aumento del número de motos que circulan por todo el país, no es menos cierto que la simple observación del tránsito en las distintas ciudades y de la conducta riesgosa que muestran muchos motociclistas, que circulan a alta velocidad y sin cascos, lleva a preguntarse hasta qué punto se puede atribuir la tragedia a la mala suerte. No se trata de cargar todas las responsabilidades exclusivamente sobre los conductores de motovehículos, ya que el tránsito es un sistema en el que todos los actores tienen, en mayor o menor medida, su cuota de responsabilidad.
Peatones, conductores de autos, camionetas y de vehículos de transporte público no están exentos de la obligación de respetar las normas de tránsito, por supuesto, pero las estadísticas están alertando sobre el aumento en el número de motociclistas que pierden la vida en siniestros viales. Cabe recordar, por otra parte, que en el Chaco esta situación tuvo derivaciones inesperadas, como fue el aumento de la demanda de sangre en los hospitales debido al incremento de accidentes de tránsito que tuvieron como protagonistas a motociclistas.
En su plan estratégico de seguridad para motovehículos, el Ministerio del Interior y Transporte de la Nación observa que la seguridad vial de los usuarios de motovehículos, como la de cualquier otro vehículo está asociada a la conducta vial individual, y advierte a la vez que la mayor vulnerabilidad de quienes se movilizan en motovehículo necesita ser tratada con acciones preventivas en el manejo y la utilización, obligatoria y opcional, de toda protección disponible para minimizar los efectos de probables caídas o impactos.
Señala, por otra parte, que en nuestro país, a pesar de la obligatoriedad de uso de casco en motovehículos, el bajo promedio nacional de uso de esta protección básica, impone la necesidad de intervenir fuertemente sobre su incorporación cultural, con procesos comunicativos, de educación, con controles específicos y sanciones adecuadas.
No se debe desconocer que, en nuestra provincia, ante la falta de un sistema de transporte público eficiente y frente a las facilidades para acceder a una moto, buena parte de la población optó por la alternativa de contar con un vehículo de dos ruedas propio para trasladarse, lo cual derivó en una profunda modificación de la estructura del tránsito impactando sobre la siniestralidad vial en forma negativa.
Es necesario, entonces, que los conductores de estos rodados asuman una conducta más responsable a la hora de salir a la calle, evitando las altas velocidades y las maniobras riesgosas. Deben recordar que las motos son vehículos que, por su tamaño, en muchas oportunidades no son percibidos por los conductores de vehículos más grandes a través de los espejos retrovisores, de manera tal que conducir a velocidades razonables siempre ofrecerá mayores posibilidades de frenar o corregir el rumbo minimizando los riesgos.
También es importante que, en tanto medida de seguridad, circulen con las luces encendidas aún de día, y en lo posible con vestimentas que llamen la atención de los demás actores del tránsito y, por supuesto, con el casco colocado.
http://www.diarionorte.com/article/119454/la-imprudencia-en-dos-ruedas--