TRÁNSITO: TODAS LAS SEMANAS, ENTRE 7 Y 10 CHAQUEÑOS SON CONDENADOS A MUERTE

22-07-2015 / diarionorte / 

Por Eduardo López

Todas las semanas, entre siete y diez chaqueños son condenados a muerte, a pesar de que esa pena no existe. El paredón o el cadalso son el pavimento de las rutas o el asfalto de las ciudades y las armas con las que son ejecutados son vehículos de cuatro ruedas o motos. Entre los muertos son mayoría los jóvenes y los delitos cometidos son la imprudencia, el incumplimiento de las leyes de tránsito, el exceso de alcohol o la drogadicción. A ello se suman las faltas de controles y la aceptación de coimas para evitar las sanciones. En medio de este panorama parecen una quijotada los esfuerzos denodados de organizaciones como “PADRES EN RUTA” o esporádicas acciones de funcionarios que toman a pecho su cometido.

Lo cierto es que cerca de diez personas mueren cada semana por causas evitables y que el triple quedan con secuelas que arrastrarán toda la vida por rotura de huesos, quebraduras, problemas derivados de golpes en la cabeza, disminución de la vista y tantas otras consecuencias que se aprecian día a día por las calles.
Quien logre pasar al menos un par de horas en alguna de las guardias de los principales hospitales de la provincia verá cuan incesante es el arribo de ambulancias con heridos que provienen, en un 90 por ciento, de accidentes de tránsito, la mayoría de ellos en motocicletas y contemplará una sala repleta de camillas con personas que deben esperar turnos y que se quejan por los dolores que están soportando.

Día a día
Y esto que acabamos de afirmar no es verso. Las crónicas policiales de todos los medios de comunicación lo reflejan día a día, sin que no se oigan más que lamentaciones tardías que no arreglan nada y que benefician, únicamente, a los servicios funerarios.
*El 27 de junio en un choque entre una moto y una camioneta cerca de Castelli murieron dos mujeres de 22 y 31 años.
*El 6 de julio, en Resistencia, un joven de 22 años que iba en la moto con su hermano es despedido al evitar un lomo de burro y murió en forma instantánea.
*El 8 de julio un dirigente gremial docente de 52 años falleció en la ruta 4 cerca de Villa Berthet al atropellar con su moto un potrillo.
*El 11 de julio en el acceso a Quitilipi por Ruta 16 murió un joven de 23 años en el choque de una camioneta y un camión.
*El 12 de julio en Resistencia un joven con su novia de 27años en moto choca con una camioneta y muere la mujer.
*El mismo 12 murió en Resistencia un motociclista de 20 años al colisionar con un colectivo.
*También el 12 de julio murió un hombre de 35 años en moto al chocar contra un auto estacionado.
*El 13 de julio se produjo un choque entre una moto y un ómnibus con graves lesiones para un joven.

Primero, los accidentes
Estas son pequeñas muestras de la crónica diaria que están, de alguna manera, reflejadas en el Mapa del Delito confeccionado por la Justicia del Chaco. Los resultados del primer año permitieron individualizar los cinco delitos más comunes en el Chaco. En primer lugar se ubicaron los accidentes con lesionados leves, que representaron el 29% de los hechos. Luego, los ataques contra la propiedad inmueble ocuparon el 14,6% de los casos, el uso de la violencia física el 14,5%, la violencia de género el 9,8% y ataques contra vehículos en la vía pública el 4,5%.El análisis permite demostrar que es estadísticamente más peligroso sufrir un accidente de tránsito que ser víctima de cualquier otro delito. 
A nivel mundial, los accidentes de tránsito son la principal causa de muerte en el grupo de automovilistas cuya edad fluctúa entre los 15 y los 29 años. Cada año 400 mil jóvenes menores de 25 años mueren en las carreteras de todo el mundo: un promedio de 1049 al día. Estos datos del Centro de Experimentación y Seguridad Vial son corroborados por lo que pasa en el Chaco y puntualizan que la tecnología actual y su mal uso se han convertido en un importante factor de riesgo de accidentes entre los más jóvenes dado que en esta etapa de la vida se suelen realizar maniobras imprudentes como cambios bruscos de carril, no guardar distancias adecuadas y conducir en sentido contrario ante inexplicables urgencias.

Leyes sin controles no sirven
No es necesario abundar más, porque es una verdad más que evidente y que toca a todos. Y no es que no existan leyes o disposiciones, lo que pasa que la ley sin controles es letra muerta y los controles que se realizan son esporádicos, no perseverantes y en muchas oportunidades muy lapsos, a despecho de lo que dicen las autoridades cuando hacen balances, sobre todo en épocas de elecciones. Los incrementos de los parques automotores, la estrechez y el mal estado de rutas y calles, la falta de obras se suman a la falta de controles y a la falta de educación vial y a la exigencia de su cumplimiento. En estos tiempos electorales no se nota que los candidatos se preocupen a por la vigencia de esta pena de muerte o condena a vivir en una silla de ruedas por toda la vida. Prefieren pelearse por lo que se hizo o se dejó de hacer. Nada de versos: acciones concretas para, al menos, disminuir esta cruel estadística. Este sí es un caso de vida o muerte




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