Los siniestros viales en el Gran Resistencia

Según datos aportados por la Unidad Central de Coordinación de Emergencia Médica del Hospital “Julio C. Perrando” en ese nosocomio se atiende un promedio de 19 personas por día como consecuencia del alto número de siniestros viales que registran las distintas ciudades que conforman el Gran Resistencia.

Imagen ilustrativa

Nótese que se habla de “siniestros” y no de “accidentes” porque este último término hace referencia a sucesos que escapan a la voluntad de las personas, a algo que es inevitable (por ejemplo las condiciones climáticas), mientras que con el empleo de la primera palabra lo que se quiere decir es que, con la adopción de ciertas precauciones, determinadas situaciones se pueden prevenir. Para que se entienda mejor: si un conductor sale a la ruta en una mañana soleada y en el transcurso de su viaje luego lo sorprende una lluvia torrencial que disminuye drásticamente la visibilidad, se puede decir que hay factores que no pueden ser alterados por la persona que maneja un vehículo y que pueden generar un accidente. En cambio, si el conductor sale a la ruta en una mañana de buen sol y adecuada visibilidad, pero supera los límites de velocidad permitidos, se puede afirmar que con esa actitud de riesgo la persona puede provocar un choque con otro vehículo que va más lento por el mismo carril, o bien puede despistarse solo, como ha ocurrido en numerosas ocasiones en los últimos meses según lo advierte la crónica policial.

Las probabilidades de colisión en la vía pública aumentan en la medida en que los conductores no respetan los límites de velocidad o realizan maniobras peligrosas. Es frecuente ver en el área metropolitana a motociclistas que avanzan por avenidas o calles sin disminuir la velocidad en las esquinas, o sin prever que el conductor del vehículo que va adelante puede girar o cruzar una intersección de calles bajo los efectos del llamado “punto ciego” que es el punto externo del vehículo que no se puede ver por ningún espejo, ni los espejos laterales externos ni el retrovisor interno, de manera tal que se vuelve imposible de advertir la presencia de cualquier vehículo de menor porte, moto o persona que esté en esa zona. Este es, probablemente, uno de los principales motivos de choques entre autos y motos que disparan las estadísticas del Hospital Perrando y que advierten que entre el 1 de enero y el 18 de noviembre de este año se registraron 4.885 siniestros viales, en los cuales se asistieron a 5.997 personas, lo que resultó en un promedio de 19 personas atendidas por día.

Los números que revela la unidad de emergencias del Hospital Perrando son categóricos y no dejan lugar a dudas. Es necesario un cambio de mentalidad, una mayor conciencia en los conductores y peatones, pero sobre todo en motociclistas, que deben ser conscientes del peligro que representa conducir a velocidades muy altas en las zonas urbanas o con mucho movimiento vehicular, debido -entre otras cosas- al efecto del “punto ciego” al que aquí se hace referencia.

Los municipios del área metropolitana deben fortalecer la educación vial a fin de mejorar el comportamiento en la vía pública de los conductores, ciclistas, peatones y también pasajeros del transporte público. No menos importantes serán las medidas que se adopten para incentivar en todos los ciudadanos el respeto por las normas de tránsito y sancionar a quienes en forma innecesaria conducen en forma peligrosa, poniendo en riesgo su vida y la de los demás.

Se debe remarcar también lo importante que es el respeto de las normas de tránsito por parte de los conductores de todo tipo de vehículos, y en especial de los motociclistas que son, junto con los peatones, los más vulnerables al momento de una colisión en la vía pública. No está de más reiterar que las campañas de sensibilización y la justa sanción a los infractores también contribuirán a promover el respeto y a mejorar la convivencia en los espacios públicos.


11.12.2017
http://www.diarionorte.com/article/160606/los-siniestros-viales-en-el-gran-resistencia