La tragedia de cada día por los siniestros viales

Las estadísticas indican que en la Argentina mueren más personas en los accidentes de tránsito que en hechos delictivos. Sin embargo, por una extraña razón, en la consideración de la opinión pública pesa más la inseguridad generada por los delitos que las pérdidas irreparables provocadas por el incumplimiento de las normas y la falta de prudencia de los conductores de todo tipo de vehículos en las calles y rutas.

  (Editorial) 

http://misionesonline.net/2017/07/07

En nuestra provincia, los datos del último informe anual de la Unidad de Epidemiología del Hospital Perrando y la Unidad Central de Coordinación de Emergencias Médicas revelan que a lo largo del año 2017 se registraron 5.543 siniestros viales en el área metropolitana, que obligaron a desplegar operativos para la atención de 6.782 personas, con todo lo que el esfuerzo en recursos humanos y materiales que eso demanda para el Estado. Si se tiene en cuenta que el informe advierte además que en las últimas semanas de 2017 los accidentes superaron la media del año, se puede advertir que se está frente a un problema de extrema gravedad que exige urgente solución. Según estos números, el sistema público de salud tuvo que atender solo en el Gran Resistencia un promedio de 19 personas por día por hechos que en la mayoría de los casos son evitables. Es que está comprobado que en la medida en que los conductores son más prudentes y respetuosos de las normas de tránsito es más bajo el número de siniestros que se producen en la vía pública.

En el Gran Resistencia (y algo similar pasa en otras zonas urbanas del interior de la provincia) se puede observar cada día a motociclistas que circulan a gran velocidad por calles y avenidas, que no se detienen ante un semáforo en rojo y que viajan como si lo hicieran en un vehículo blindado, cuando la realidad demuestra que son los más vulnerables y los que llevan la peor parte cuando sufren un choque y reciben el impacto. En estos casos llama poderosamente la atención la falta de sentido común de muchos conductores de motos que parecen no tener en cuenta esta vulnerabilidad y de la necesidad de protegerse a ellos mismos. No se trata de cargar toda la responsabilidad del caos en el tránsito exclusivamente en los motociclistas (tampoco se debe generalizar), sino de llamar la atención sobre conductas de alto riesgo (circular a altas velocidades en zonas muy transitadas, no disminuir la velocidad en las esquinas, no llevar puesto el casco protector) que se observan con frecuencia en los conductores de estos vehículos de dos ruedas, cuando es evidente que ante una eventual colisión las probabilidades de sufrir lesiones graves, e incluso de perder la vida, son muy altas para el motociclista y no para el conductor de un auto, un colectivo o un camión.

Esto, que parece tan obvio, es olímpicamente ignorado por la mayoría de los motociclistas que por una cuestión básica de supervivencia debieran aprender a conducir en forma defensiva, es decir, sabiendo que al tener un mayor cuidado frente a los demás conductores, estará protegiéndose a sí mismo. Por supuesto que también los que están al frente del volante de un auto, una camioneta, un colectivo o un camión, así como los ciclistas y los peatones deben ser respetuosos de las normas de tránsito y prudentes en la vía pública. Pero es triste comprobar que el alto número de lesionados se repite todos los años y que se pierden vidas en situaciones que en la mayoría de los casos, con una cuota de prudencia, podrían haber sido evitadas. Este preocupante escenario obliga a mejorar los controles en el Gran Resistencia y en toda la provincia, y a hacer hincapié en la educación vial de los conductores, a través de capacitaciones más sólidas que enseñen fundamentalmente a cuidar la vida propia y la de los demás.


07.01.2017
http://www.diarionorte.com/article/161597/la-tragedia-de-cada-dia-por-los-siniestros-viales