CÓRDOBA - Por Lucas Viano
(12/04/2015 -LaVoz) Cada
vez son más frecuentes los episodios de agresión como consecuencia de un
incidente vial. La falta de educación y las deficiencias en el transporte y en
la red vial son las causas, aseguran los expertos del volante.
Estrés.
Peatones, pasajeros y conductores suelen descargar el estrés que portan
ante el mínimo conflicto. Todos
coinciden en que se trata de un problema estructural (Sergio Cejas/LaVoz)
Martes
17 de marzo.
Un automovilista golpea a un chofer de colectivo y se da a la
fuga. El hecho se desencadenó luego de que el transportista pasara por un
charco y salpicara al vehículo particular. Tras una persecución, el
automovilista se sube al colectivo y golpea al chofer en la cara.
Las
calles están alteradas. Cualquier chispazo puede terminar en una agresión. Cada
vez es más común retratar hechos de violencia sucedidos por inconvenientes en
el transporte o el tránsito. ¿Por qué conducir o ser pasajero de colectivo nos
pone tan violentos?
La
coincidencia es unánime. Hay razones estructurales: una mala infraestructura
vial, un exceso de vehículos en las calles y deficiencias en el sistema de
transporte público. Una causa cultural: los argentinos no somos tolerantes ni
educados. Y razones personales: la gente se sube a los autos cargada de
problemas personales.
Lunes 16 de marzo.
Tras
haber cometido una infracción, una mujer ataca a patadas a una inspectora de
tránsito que le estaba labrando un acta. La presunta infractora se bajó del
auto para pegarle trompadas y patadas a la empleada municipal.
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