En Argentina, sólo un 51,6 por ciento de los conductores de vehículos se pone el cinturón de seguridad y el 68,1 por ciento de los motociclistas usan casco, según cifras de la Agencia Nacional de Seguridad Vial.
"La inseguridad vial es una pandemia tal como lo ha manifestado la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en este sentido, no está siendo priorizada como corresponde", indicó a Télam Corina Puppo, secretaria Técnica y ex directora Nacional del Observatorio Iberoamericano de Seguridad Vial (Oisevi).
"La inclusión de la seguridad vial como un problema de Salud Pública tiene lugar porque los accidentes de tránsito implican una pérdida de vidas superior a la que producen el sida, la malaria y la tuberculosis juntos; con costos que van entre "el 1 y el 3 % de los PBI de los países en vías de desarrollo", explicó la especialista.
Las cifras respecto del uso del cinturón de seguridad en los puestos que no son los del conductor se calculan en un 44.9% para el caso del copiloto y solo un 19.4% para los que están en los asientos traseros.
Las cifras surgen del "Estudio Observacional en Argentina sobre Hábitos y Cultura Vial 2014", cuyos valores "siguen vigentes hasta hoy", aclaró Puppo.
En este sentido, el promedio de todos los ocupantes del vehículo que usan el cinturón suma un 45,9%, y creció respecto del 2011 cuando era del 33.3%.
Todavía no tomamos conciencia de que -como lo establece la OMS- las lesiones causadas por el tránsito son la causa principal de muerte en el grupo de 15 a 29 años de edad", advirtió Puppo, quien participará este miércoles de la Jornada "Por qué la Seguridad Vial es, también, un problema de Salud pública".
La actividad tendrá lugar a partir de las 16.30 en la sede de la Universidad Isalud, ubicada en Venezuela 931 del barrio porteño de San Telmo, con entrada gratuita e inscripción previa en la web http://www.isalud.edu.ar/actividades.php?95 o por teléfono al 5239-4000.
Durante la jornada distintos especialistas en salud y seguridad vial brindarán sus testimonios respecto de los desafíos en el país sobre la temática, en el marco del Día Nacional de la Seguridad Vial, que tiene lugar el viernes 10 de junio.
Además, Fernanda Micakoski, investigadora de la UTN, explicará "¿Cómo los datos salvan vidas?" y el tratamiento de la información por los medios sobre seguridad vial.
"Muchas veces los padres le aconsejan a sus hijos que se pongan una bufanda o campera para abrigarse, pero aún no está instalado culturalmente decirles que se pongan el cinturón de seguridad", ejemplificó Puppo.
"Debemos cambiar la percepción de la gente que sigue pensando en los siniestros de tránsito como si ueran producto del azar, e instalar que la soluciones dependen de todos los ciudadanos y que se pueden modificar con fuertes estrategias de prevención y educación", remarcó.
Por eso consideró que se trata de un cambio a abordar desde diferentes aristas, como la educación, la Justicia, la salud, la movilidad, y el respeto por el medio ambiente.
"Si bien es fundamental contar con una buena infraestructura, en autopistas y calles, también es muy importante el comportamiento humano. Por ejemplo, bajar la velocidad si se transita por un camino lleno de pozos", describió Puppo.
Además, en el caso de los accidentes citó la influencia del alcohol y uso del celular al volante, o las maniobras de especulación para ver quién pasa primero por una calle.
"El comportamiento humano es clave para bajar las tasas de mortalidad. En Argentina fue muy importante la creación de la Agencia Nacional de Seguridad Vial en el 2008, porque se pensó en la temática como política de Estado", indicó.
Sin embargo, "todavía queda mucho por hacer con tareas enfocadas en la educación y campañas de prevención", dijo la especialista y alertó que en casi ningún país de América Latina han bajado las tasas de mortalidad por siniestros viales.
Según un informe de la OMS, a pesar de que los países de ingresos bajos y medianos tienen aproximadamente la mitad de los vehículos del mundo, se producen en ellos más del 90% de las muertes relacionadas con accidentes de tránsito.
"A veces sucede que el mismo modelo de un auto en Europa tiene más elementos de seguridad que el que se vende en América Latina, donde se debe pagar por ello un plus", comentó Puppo y remarcó que "hay que trabajar en todos los ejes".
Sobre la seguridad vial -concluyó la especialista- "no hay recetas mágicas, sino que se requiere de datos, planificación, recursos y compromiso".
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