Consumo de alcohol en adolescentes: “Los verdaderos responsables son los padres”

16.07.2016 | diarionorte

La Justicia de Faltas mantiene una dramática apelación

La jueza de Faltas de Resistencia, Marcela Cortés, analizó la noche resistenciana en términos de fiestas y boliches bailables a los que asisten menores. Según el artículo 68 del Código de Faltas, los menores de 18 pueden permanecer en un establecimiento nocturno hasta las 2 de la madrugada. Tampoco pueden venderles bebidas alcohólicas. Sin embargo, nada de esto se cumple y, a pesar de que sobre los boliches pesan multas y procesos judiciales en curso, una vez levantadas las clausuras realizadas por el Juzgado de Faltas de Resistencia, la venta de bebidas alcohólicas y el ingreso de menores al establecimiento continúa.

Boliches en falta

La jueza de Faltas apuntó también al hecho de que el empresario no mide en cuestiones de daños físicos y en perjuicios a la salud que le produce al joven el consumo extremo de bebidas alcohólicas, sino en cuestiones económicas: “¿cuánto va a ganar esa noche?”.

“El Código de Faltas establece -en el artículo 68- que para ingresar en un establecimiento bailable se debe requerir el documento, no solamente tenemos boliches con eventos de presentación de remeras, pues también tenemos otros boliches al que concurren personas menores de edad. Yo misma he hecho un allanamiento y he constatado que el 80% de los que estaban dentro del boliche eran menores de 16 años, no se podía respirar dentro del local bailable del humo que había. Lo que se hizo es retener la mayor cantidad posible de menores, porque también es prácticamente imposible hacer un operativo y contener a todos los menores, no hay personal policial para eso”, comentó la funcionaria judicial.

También explicó que, en estos casos, lo que se hace es “resguardar siempre a los más chiquitos, los de 14 o 15 años, que son los que tenemos certeza de que son menores de edad porque tampoco tienen documento”.

En este momento los boliches con causas en trámite por permanencia y venta de bebidas alchólicas a menores son el Boliche Chill Bar, Divina&Mente, Mitre -tiene una causa por peleas fuera del local- y Get Lucky.

Sentencia ejemplificadora

Divina&Mente tiene una sentencia de 10 salarios mínimos vitales y móviles como multa y tiene dispuesta una clausura de 100 días. Además, Cortés convocó a los señores directores de los principales colegios secundarios de Resistencia, entre ellos Normal, Nacional, Industrial, Escuela de Comercio, las ENS 88 y Simón de Iriondo, a una reunión de “carácter obligatorio con los alumnos de 4º y 5º año, quienes deberán asistir con los tutores para que se le lea la sentencia”. “Quiero que los padres tomen conocimiento de lo que sucedió en ese boliche en junio de 2015: era una fiesta de presentación de remera con muchos colegios involucrados y muchos menores, donde ellos mismos vinieron al Tribunal a declarar el estado en que veían a los otros compañeros. Estaban vomitando, les salía espuma por la boca, estaban tirados, contaban que los de seguridad del boliche los sacaban afuera. Es lo más grave, los chicos estaban ebrios, tirados en la calle y personal de seguridad del boliche no los socorrió, no llamó una ambulancia; personal policial de recorrida los vieron mal y decidieron trasladarlos a los que peor estaban, pues había un chico convulsionando en la vereda”, denunció.

“Es grave, yo creo que los padres no pueden desconocer el estado en el que estaban los chicos, ya que fueron muchos los afectados, son muchas testimoniales y todos coinciden en el exceso de alcohol. Con la venta de la entrada se les daba que consuman vodka con Sprite, Fernet con Coca-Cola o Champán con Speed”.

Abandono de los jóvenes

En cuanto al vacío de control que los padres con sus hijos adolescentes, en esta fiesta que por poco no terminó en tragedia, Cortés analizó que los jóvenes “quieren ir a bailar, a divertirse”. “Lo que veo es una despreocupación, tanto de las autoridades educativas que refieren a que la fiesta de presentación de remeras no la realiza la institución educativa, entonces se mantiene al margen, y de los padres. Acá los verdaderos responsables de que los menores estén en los establecimientos bailables fuera del horario permitido son los padres”, apuntó.

Finalmente, Cortés aseguró que “la sociedad espera que ocurra una tragedia para después fácil salir a decir que las autoridades judiciales o policiales no hacemos nada, pero la verdad es que nosotros no sabemos cómo contener a los hijos de cada uno de ellos”.

Insólita rección de los adultos

El procedimiento que la jueza realiza en cada recorrida por los boliches es el mismo, lo realiza hace años y siempre se encuentra con los mismos escenarios: adolescentes consumiendo alcohólicas dentro de boliches y a altas horas de la madrugada. “Lo que se hace es trasladar a los menores, de acuerdo con el estado en el que están, al hospital Perrando o a Sanidad Policial, donde se le hace el control médico y luego se llama a los padres para que retiren a los chicos de la comisaría”, comentó.

“Los padres reaccionan mal, tengo entendido incluso que hay denuncias de padres hacia la policía porque se ha trasladado a los menores del boliche hacia la comisaría”, refirió.

En ese sentido, aseguró que muchos padres parecen no entender que “todo lo que se hace desde la Justicia es para resguardar al menor, no es que se lo priva de su libertad”.

“La reacción de los padres es mala hacia las autoridades, en algunos casos desconocen que el menor estaba en ese evento bailable, en otros casos refieren a que pensaban que el menor estaba en la esquina de la casa o que iba a un cumpleaños de 15, pero no saben que el menor estaba en el boliche. En otros casos sí saben que los chicos van a un evento de presentación de remeras y los padres también desconocen que es un evento prohibido, que se debe realizar con ciertos recaudos, por ejemplo cumplir el horario permitido -hasta las 2 am para los menores-, no se puede vender bebidas alcohólicas.

Relatos en primera persona

La fiesta de junio de 2015 puso en evidencia lo que sucede en los boliches de Resistencia y el comportamiento de empresarios y jóvenes dentro de los establecimientos bailables.

Los jóvenes de 4º y 5º año de los principales colegios secundarios de la capital chaqueña presentaban la remera de promoción esa noche y el boliche les ofrecía una consumición por cada entrada. La consumición era vodka con gaseosa, fernet con cola, champán con energizantes, bebidas alcohólicas ofrecidas a menores.

Agustín, de 16 años fue a la fiesta. Ante Marcela Cortés contó cómo sus amigos consumían bebidas toda la noche e intercalaban una con otra, no había quién los cuide. Él se desmayó cerca de las 3 AM consumiendo sólo las bebidas que les daban sus amigos. Según el relato de Juan Pablo, de 18 años, Joaquín de 16, para las 4 AM “no se podía parar, no podía hablar, no podía hacer nada, estaba tirado. Lo llevamos alzado hasta donde estaba la Policía que se lo llevó al hospital”. “En el boliche los de seguridad nos dijeron que los saquemos del lugar, no nos ofrecieron ayuda de ningún tipo, quería que nos vayamos y saquemos a nuestro amigo que estaba borrado”, agrega en su testimonio.

Sebastián contó que con los precintos que les vendían como entrada podían consumir lo que quisieran de la barra hasta las 2 AM. “Dentro del boliche tomé vino con Fanta en balde. Lo que hicimos después fue juntar plata entre todos y le dimos a un compañero, menor de edad, para que vaya a comprar”. “Salimos a las 5.30 y estaba la policía afuera, vi varias mujeres tiradas, algunas vomitando o con espuma en la boca y se notaba que estaban muy mal; eran todas menores, nadie las ayudaba, los guardias solo las sacaban del boliche”, agregó.

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