“Evaluar para dar una licencia de conducir está al mismo nivel que la portación de armas”
La especialista e integrante de la Comisión Nacional de Psicología del Tránsito de la República Argentina, Araceli González, se refirió así a la problemática de la seguridad vial a raíz de las continuas muertes por accidentes de tránsito en la provincia de Jujuy.
El hecho fue sido causado por otro vehículo que era conducido por un sujeto en aparente estado de ebriedad, que intentó darse a la fuga, pero que pudo ser localizado por personal policial y puesto a disposición de la justicia, aunque horas después fue liberado.
Este lamentable accidente es uno más de los tantos que suceden a diario en la provincia de Jujuy, sobre todo los fines de semana, cuando el número de personas que conducen alcoholizadas crece considerablemente a pesar de los controles.
Por ello, el tema de la seguridad vial se ha configurado como uno de los temas principales en la sociedad jujeña a la hora de buscar soluciones a tantos siniestros viales ocurridos por descuidos y negligencias de los conductores.
En este sentido, la licenciada Araceli González, integrante de la Comisión Nacional de Psicología del Tránsito de la República Argentina y miembro del Comité Internacional de la Psicología del Tránsito, comentó a Radio 2 que “la psicología del tránsito es una de las cuestiones que está bastante relegada en cuanto a lo que es la implementación de la licencia de conducir a nivel nacional. Si bien la ley establece que (los conductores) deberían tener una evaluación psicofísica, no existen psicólogos en la mayoría de los municipios del país que hagan este tipo de evaluaciones”.
“Lo que el psicólogo va a hacer es no solo evaluar cuestiones que tengan que ver con atención, percepción, concentración, que son cuestiones fundamentales a la hora de conducir, sino que también puede hacer una proyección de cómo es el comportamiento de esta persona ante distintas situaciones. El tránsito, generalmente, conlleva a situaciones de estrés o a situaciones de tensión permanente que hacen que una persona reacciones de una determinada manera diferente a cómo reaccionarían en otras situaciones más tranquilas o más relajadas. Entonces, sería impotante ver cómo esta persona va a reaccionar frente a distintas situaciones de depresión”, dijo.
Además, la especialista subrayó que “evaluar una persona para darle la licencia de conducir está al mismo nivel que evaluar a una persona para portación de armas porque uno está dándole un arma a una persona, ya sea un vehículo o un arma reglamentaria, entonces nosotros tenemos que tener un cuidado especial y ver si esta persona zona en condiciones de conducir”.
“El hecho de conducir alcoholizado muestra un poco valoración de esa persona hacia su propia vida. Nosotros, desde el primer momento que introducimos alcohol en sangre, ya estamos generando algún tipo de alteración en el cuerpo, entonces eso a la hora de conducir nos va a afectar”.
“En realidad, lo ideal sería alcoholemia cero a la hora de conducir, porque la ley plantea que 0,5 de alcohol en sangre está permitido para conductores particulares y en realidad desde el primer momento que introducimos alcohol en sangre –sin llegar al 0,5- ya hay una disminución de los reflejos, no podemos percibir de modo adecuado las distancias, hay un incremento del tiempo de reacción, hay una disminución de la percepción del riesgo y todavía no estamos fuera de lo que plantea la ley como permitido”, sostuvo.
Conducir bajo efecto de drogas
Por otro lado, González enfatizó que “la preocupación no son solamente las drogas ilegales, sino también las drogas legales: yo puedo estar tomando un medicamento porque tengo gripe y ese medicamento me puede generar somnolencia, me siento como cansado y eso también hace que mi tiempo de reacción para responder ante determinadas situaciones disminuya. Entonces, no solamente tenemos que preocuparnos por las drogas ilegales sino también por esos medicamentos que nos da el mismo médico y que son necesarios para estar mejor físicamente, pero que no son buenos a la hora de conducir”.“Yo lo que aconsejo a las personas que trabajan en el tema de la conducción, ya sean choferes de camiones, colectivos, taxis, que cuando vayan al médico planteen que parte de su trabajo es conducir un vehículo para que el médico sepa qué medicación le puede dar”, señaló.
Consultada sobre si se debe especializar la Justicia en materia de tránsito, González remarcó que “creo que sí, pero más allá de eso creo que hay que usar el sentido común. La Asociación Argentina de Motoristas sacó que Resistencia (que es donde yo vivo) es una de las ciudades con mayor número de motos por habitante, entonces nosotros tenemos fácilmente entre 20 y 30 siniestros entre motos en la ciudad y después tenemos más siniestros entre motos y vehículos de mayor porte. Y mayormente lo que se plantea es que la responsabilidad es del que conduce el vehículo de mayor porte, cuando puede ser que un semáforo lo esté habilitando y generalmente la persona que conduce un motovehículo no lo respeta. En general, las leyes fallan a favor de esta persona que va en el motovehículo, pero en realidad la responsabilidad era de él de esperar para poder cruzar”.
Los peatones
Además, la psicóloga de tránsito se refirió a la responsabilidad que también les cabe a los peatones en el tema de seguridad vial, destacando que “nosotros también tenemos que empezar a pensar qué hacemos como peatones, porque es verdad que los peatones tienen prioridad de paso, pero por las esquinas, por el paso peatonal, no por mitad de cuadra, no corriendo. Esto también lleva a plantear otra cuestión, que es que los niños aprenden por algo que se llama ‘aprendizaje por imitación’, es decir lo que más queda grabado en el niño es lo que ve que hacen los padres. Entonces, si mi mamá o mi papá van sin casco o cruza a mitad de cuadra sin mirar o viendo el celular y no mirando si viene o no algún vehículo, el niño también aprende eso”.
Multas, sanciones a corto plazo
Finalmente, González se refirió al tema de las sanciones monetarias, a las que calificó como “sanciones de corto plazo” ya que ayudan a que la persona no reincida en la medida que persistan los controles, pero no ayuda a la educación vial de esa persona para que tome conciencia real del peligro que corre su vida y la de terceros.
“Obviamente que cuando hay una cuestión económica afecta a la persona y hace que se cuide un poco más. Hay países donde la multa no tiene que ver con la falta sino con el vehículo, es decir, si yo tengo un vehículo de alta gama las multas van a ser más elevadas porque se supone que tengo un poder adquisitivo más alto”.
“Eso también marca de que la sanción monetaria, de alguna manera, lo que va a hacer es que a la persona le duela pagar esto y por esto no lo va a volver a hacer. Esto es algo que sirve a corto plazo, pero no es algo que reeduque a la persona, porque el día que dejen de hacer controles esta persona va a volver a hacer lo mismo. Entonces, lo que nosotros tenemos que hacer es tratar de sensibilizar a las personas de cuidar su vida y la cuestión de la educación tiene que ser permanente porque decimos que la educación es a largo plazo, pero nunca se empieza”, finalizó la especialista.
http://www.jujuyalmomento.com/post/37931/evaluar-para-dar-una-licencia-de-conducir-esta-al-mismo-nivel-que-la-portacion-de-armas.html
No hay comentarios.
Publicar un comentario